Ventas de Retamosa, Patrimonio cultural, Camino Real Guadalupe

El Camino Real de Guadalupe, establecido en el siglo XIV por mandato de Alfonso XI de Castilla, fue diseñado para facilitar el acceso a Guadalupe, que emergió como un prominente centro de peregrinación, superando a Santiago de Compostela en importancia. Esta transición se produjo cuando la corte castellana se desplazó hacia el sur, después de la conquista de Sevilla entre 1247 y 1248. El trayecto se originaba en Madrid, extendiéndose a través de localidades como Alcorcón, Móstoles, Arroyomolinos, El Álamo, Casarrubios del Monte, Las Ventas de Cabeza Retamosa, Venta del Gallo, San Silvestre, Maqueda y Santa Olalla, adentrándose finalmente en la región de Talavera.
Desde el siglo XVI, este camino ganó el título de “Camino Real” debido a que los monarcas lo utilizaban asiduamente para sus desplazamientos hacia Guadalupe o Portugal, hecho respaldado por al menos 25 viajes reales documentados desde el siglo XV hasta el XIX. En la actualidad, se promueve el Camino Real de Guadalupe como una ruta de relevancia religiosa y cultural, en una iniciativa similar a la del Camino de Santiago, buscando revitalizar su importancia histórica y fomentar su reconocimiento.